Pese a que los políticos siempre tienden a contar la realidad económica como mejor sirve a sus propósitos, los ciudadanos deberíamos conocer la realidad objetiva de lo ocurre en cada momento. Y en España no deberíamos estar orgullosos de cómo ha evolucionado nuestra economía durante los últimos años, en concreto desde 2019. Tal y como muestra esta tabla elaborada con datos de la OCDE, España ha tenido la cuarta peor recuperación económica de los 38 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Por tanto, cuando escuchamos a nuestra ministra de economía alardear de que
España está mejor que Alemania, es cierto, ¡pero es que Alemania es ¡la tercera
peor de todas!
La realidad es que hemos tardado casi dos años más que la media de
la OCDE en recuperar los niveles pre-COVID, y que somos el cuarto país con
mayor deuda sobre el PIB de todas las economías desarrolladas del G7, solo
superados por EE. UU., Italia y Japón. Respecto a la media de los países de la
OCDE tampoco salimos bien parados, ya que la media ronda el 89% y España ronda
el 114%. Si en algo podíamos sacar pecho es en la evolución de la inflación,
pero solo desde una perspectiva de cómputo interanual que nos ha estado
ayudando durante la primera parte de este año por “un efecto base” (al comparar con el año anterior) algo que ya
se ha acabado, por lo que muy probablemente hará que la inflación siga
repuntando de nuevo de forma sostenida hasta final de año.
HACIA UNA ESTANFLACIÓN ¿?
La “estanflación” que vive la zona euro está complicando cada vez
más las decisiones monetarias del Banco Central Europeo. La siguiente tabla
muestra el impacto que está teniendo la política monetaria restrictiva en un
entorno de cero crecimiento económico. Por un lado, la reducción de la masa
monetaria (medida como M1) pronostica un entorno muy complejo para la evolución
del PIB futuro. Por otro lado, la concesión de crédito al sector privado se
está secando, lo que afectará al consumo y la inversión. El efecto restrictivo
de la política monetaria actual está impactando de forma severa en la concesión
de hipotecas. Y entre tanto el BCE sigue subiendo el coste del dinero a corto
plazo y reduciendo su balance de deuda, lo que encarece el coste del dinero a
medio y largo plazo.
Los PMI (Purchasing Manager Index) que es un indicador que se elabora a partir de la información aportada por los encargados de compras, compras futuras, tienden a la baja. El siguiente gráfico es el de productos manufacturados (por debajo de 50 indica contracción de la economía):
Por consiguiente todo indica que en el último trimestre de este año 2023 vamos a entrar en recesión.
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