El pasado 27 de octubre el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó un avance de los datos del Producto Interior Bruto (PIB) del tercer trimestre de este año 2023. Este tercer trimestre ha registrado un incremento del 0,3% respecto del trimestre anterior. El primer trimestre el crecimiento fue del 0,6% y el segundo trimestre del 0,4%. Por consiguiente se aprecia una caída, aunque leve, pero con tendencia a la baja. El interanual, es decir comparado con el mismo trimestre del año anterior, también es a la baja, el crecimiento ha sido del 1,8%, pero veníamos de un 4,1% en el primer trimestre y de un 2% en el segundo. Los datos reflejan el crecimiento real, es decir descontado la inflación.
Desde el lado de la demanda si desglosamos ese incremento del 0,3% observamos que el mayor gasto ha sido el del “Gasto en consumo final de los hogares” (1,4%), mientras que la inversión (“Formación bruta de capital”) ha disminuido (-0,8%). Es cierto que “Maquinaria, bienes de equipo, sistemas de armamento y recursos biológicos cultivados” se ha incrementado (2,0%) respecto del trimestre anterior, pero otros como “Viviendas y otros edificios y construcciones” ha disminuido (-2.2%). En general menor demanda de bienes, pero mayor consumo en gasto final y dentro de éste el “Gasto en consumo final de los hogares”.
Y si lo analizamos desde el lado de la oferta, es decir en qué productos y servicios nos hemos gastado el dinero, vemos que la principal rúbrica es la de “Actividades artísticas, recreativas y otros servicios” con un 11,9%. Dentro de esta rúbrica están los servicios turísticos.
El Gobierno, estima un
crecimiento a la baja para este año 2023, respecto del año 2022 y un
crecimiento aun menor para el año 2024. Así, según el Plan Presupuestario 2024
publicado por el Ministerio de Hacienda y Función Pública el crecimiento
estimado para 2023 y 2024 quedaría como sigue: (2,4 % este año 2023 y un 2%
para el año 2024).
El
informe de la OCDE
Con fecha 25 de octubre la
OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, ha emitido un
“Estudio Económico de España 2023”.
El informe dice que la
economía española se ha mostrado resistente y que ha aguantado bien las
inciertas perspectivas causadas por la guerra de Ucrania, en un contexto de
alta inflación. Detecta un crecimiento en desaceleración, pero que resiste
gracias a la fuerte demanda doméstica (consumo de los hogares), tal y como
veíamos antes.
Incide también en el lento
crecimiento de la productividad y en la baja inversión lastrando el crecimiento
potencial de España. Ciertamente el crecimiento de la productividad durante los
últimos años ha sido escaso.
Más del 60% de la población menor a 34 años vive con sus padres, principalmente debido a ingresos insuficientes e inestabilidad laboral.
El informe termina con una
serie de recomendaciones como:
Cesar
las medidas de apoyo para aliviar el impacto de los altos precios de la energía
y los alimentos.
Proseguir
los esfuerzos para reducir la corrupción en el sector público.
Formar a los profesores para identificar, apoyar y abordar las necesidades de aprendizaje de los estudiantes en riesgo de abandonar tempranamente la educación.
Fomentar la oferta adicional de vivienda de alquiler en áreas tensionadas mediante el incremento del parque de vivienda social de alquiler, la relajación de controles sobre alquileres e impuestos menos distorsionantes (como por ejemplo, reducir el impuesto de traspaso sobre propiedades).
CONCLUSIÓN
Por consiguiente, crecemos,
pero nuestra economía está basada principalmente en el turismo. Y eso no es que
sea malo, pero es a todas luces insuficiente. Es un sector que utiliza mucha
mano de obra, pero con unos salarios muy bajos y hoy por hoy si queremos que
vengan turistas a visitarnos debe ser con precios muy competitivos y para ello
debemos tener unos costes reducidos y uno de los principales costes son los
salarios. Debemos invertir para tener más industria, debemos invertir en
tecnología. Si queremos unos mejores salarios debemos ser más productivos, es
decir producir más en menos tiempo, y con ello llegarán los incrementos de
salarios. Pero sobre todo debemos invertir en formación en educación y
emprendimiento para los jóvenes. Tal y como recomienda la OCDE debemos aumentar
las oportunidades para los jóvenes y que puedan acceder al mercado laboral, y
para ello entre otras medidas deberían reducirse los costes laborales para que
al empresario le fuese menos costoso contratar. Si se crean las condiciones
necesarias, esto es un mercado de trabajo flexible y competitivo, así como una
política para liberar suelo y construir más vivienda social los jóvenes podrán
emanciparse y poco a poco irán saliendo de esa zona de riesgo de pobreza o
exclusión social. El problema no obstante es el del siempre y no es otro que el
de las personas que gobiernan este país, los políticos de turno, que sólo velan
por sus intereses y los de su partido, porque es más fácil “comprar” votos indexando las pensiones al
Índice de Precios al Consumo (IPC) o descuentos en el Pase Interrail, para
jóvenes. Este país tiene jóvenes muy válidos y muy capaces, pero debemos crear
la atmósfera necesaria y ofrecerles las herramientas suficientes, invirtiendo
en ello para que desarrollen esas capacidades, pero hacemos todo lo contrario,
repartir pobreza y que dependan del gobierno de turno, pareciendo que les
debemos algo, porque claro, si debes, dependes, dependes de quien te da.
La coyuntura actual de la
economía española es la expuesta en este artículo a través de datos del INE y
de la OCDE y pese a que los políticos siempre tienden a contar la realidad
económica como mejor sirve a sus propósitos, los ciudadanos deberíamos conocer
la realidad objetiva de lo que ocurre en cada momento.