viernes, 6 de septiembre de 2024

LA FINANCIACION SINGULAR DE CATALUNYA

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) publicó un estudio en el año 2019, revisado en agosto de 2023, sobre la financiación autonómica. Voy a intentar resumir ese trabajo.

Lo primero que tenemos que saber es que en España tenemos dos sistemas de financiación regional. Uno es el sistema foral o de concierto que se aplica en el País Vasco y Navarra, y otro el sistema de régimen común que se aplica en el resto del país (15 comunidades restantes)

En las comunidades forales, son las haciendas territoriales la que recaudan la totalidad de los tributos, a excepción de de las cotizaciones sociales, y después transfieren a la Hacienda central una cuota que debería servir para cubrir los gastos comunes del Estado.

Voy a utilizar unos cuadros extraídos de ese trabajo de FEDEA para que veamos cómo se reparte la recaudación de los impuestos en el sistema de régimen común:






















Fuente: FEDEA

A excepción del Impuesto sobre Sociedades que corresponde al Estado en su integridad el resto se reparte aproximadamente a partes iguales entre Administración Central y las Comunidades Autónomas. Como vemos en el Cuadro 1 el Impuesto de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, ITP y AJD así como Tasas del Juego, su recaudación e incluso las escalas de gravamen, están totalmente cedidos a las Comunidades Autónomas.

El 100% del Impuesto sobre Sociedades, el 50% de IRPF, el 50% de IVA y el 42% de Impuestos Especiales, se los queda el Estado Central para el pago a empleados públicos, seguridad nacional, cuota a la Unión Europea, dinero que transfiere a los ayuntamientos, inversiones públicas y otros gastos y transferencias.

Para efectuar el reparto debemos distinguir entre la recaudación real y la recaudación normativa de los tributos cedidos a las comunidades autónomas. Lo que se pretende con ello es aproximar (más o menos) lo que cada comunidad habría recaudado si todas ellas hubiesen aplicado las mismas escalas impositivas.

Para efectuar el reparto se utilizan unas fórmulas en función de las necesidades de gasto de cada comunidad con la finalidad de que todas ellas puedan prestar unos servicios similares.








Fuente: FEDEA

La población protegida equivalente se calcula ponderando la población protegida por el Sistema Nacional de Salud, dividida en siete tramos de edad y en proporción al nivel relativo de gasto sanitario per cápita. En definitiva pondera los desequilibrios de las necesidades sanitarias de las comunidades, pues algunas estarán más necesitadas que otras.

Existe además otro mecanismo de nivelación de carácter horizontal, el llamado Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales, y se reparte en proporción a sus necesidades de gasto o población ajustada, generando flujos horizontales de recursos entre regiones ricas y pobres con la finalidad de que exista un igual esfuerzo fiscal por habitante.

En definitiva y por resumir podemos quedarnos con el sistema y porcentajes de reparto que hemos visto en los cuadros 1 y 2 y de todo ello se consigue el reparto que vemos en el Cuadro 3, correspondiente al año 2021, último año liquidado (mientras, se estima un importe a repartir que se ajusta cuando se realiza la liquidación definitiva).














Como vemos el promedio por habitante (total) asciende a 2.963 euros. Con este importe más otras transferencias que envía el Estado a las comunidades autónomas (unos 38.000 millones en el año 2021) y más las recaudaciones propias de cada comunidad, deben cubrirse todas las necesidades básicas como salud, educación, servicios sociales, otras prestaciones económicas. Y como también vemos hay comunidades que reciben por encima de ese promedio y comunidades que reciben por debajo. Así, Murcia (2.691), Valencia (2.730), Andalucía (2.793) y Castilla-La Mancha (2.814) están por debajo de esa media, mientras que comunidades más ricas como pueden ser Baleares (3.397) o Asturias (3.053), Madrid (3.024) y Catalunya (3.015) quedan por encima de esa media. Urge por tanto sentarse y debatir un nuevo sistema de reparto, pero como los políticos están con otros temas “más importantes” no tienen tiempo de abordar este.

En el siguiente cuadro vamos a ver los flujos de nivelación regional ya que este sistema genera importantes flujos netos de recursos entre el Estado y las comunidades autónomas y de estas entre sí con la finalidad de igualar la financiación por habitante. Así tal y como explica FEDEA en la primera columna se recogen los ingresos homogéneos brutos de las comunidades autónomas por tributos cedidos y en la segunda la financiación efectiva final a competencias homogéneas e igual esfuerzo fiscal (lo que cada comunidad habría recaudado si todas ellas hubiesen aplicado las mismas escalas impositivas).

La últimas dos columnas reflejan lo que reciben (saldos positivos) o lo que aportan  (saldos negativos) las comunidades. Así vemos que el sistema aporta  a las comunidades de menor renta unos recursos extras por valor de 20.000 millones. Estos recursos provienen por una parte del Estado (11.000 millones) y por otra parte de las comunidades con mayor renta per cápita (Madrid, Catalunya y Baleares).















Fuente: FEDEA

Aquí vemos como efectivamente Catalunya, Baleares y Madrid son las comunidades que aportan recursos al resto de comunidades. En el año 2021 Catalunya aportó 2.168 millones, Baleares 334 millones y Madrid 6.313 millones.

El total de la segunda columna (131.371 millones de euros) es coincidente con la columna 7 del cuadro 3. Es decir que este cuadro 5 está comparando cual sería la recaudación a ingresos tributarios homogéneos (no la recaudación real, ya que de esa forma las comunidades que tuviesen una escala de gravamen inferior, se verían beneficiadas), con la efectiva (esos 131.371 millones) y al comparar vemos que tres comunidades aportan más de lo que recaudan.

Y a partir de aquí puede haber, de hecho hay, diferentes corrientes de opinión al respecto. Desde los que opinan que este sistema de reparto no es justo pues aportan más de lo que recaudan hasta los que consideran este reparto justo pues quien más gana debe aportar más. Como decíamos antes urge por tanto sentarse y debatir un nuevo sistema de reparto, o no, dejar éste, pero como los políticos están con otros temas “más importantes” no tienen tiempo de abordar este.

Entendido el actual modo de reparto ERC y PSOE, con tal de que Salvador Illa fuese presidente de la Generalitat de Catalunya, pactaron una financiación singular para Catalunya y como en todo hay diferentes formas de pensar al respecto. Unos opinan que la aplicación del acuerdo supondrá la voladura del actual sistema de financiación y otros opinan que todo lo que sea acercar el dinero de los impuestos al contribuyente mucho mejor, pues de esta forma la reversión de esos impuestos incidirá en mayor y mejor medida en el ciudadano. Seguro que hay más puntos de vista, pero voy a centrarme e intentar resumir los dos citados.

Primer punto de vista: El acuerdo señala: “La gestión, recaudación, liquidación e inspección de todos los impuestos soportados por Catalunya corresponden a la Agencia Tributaria de Catalunya. La aportación catalana a las finanzas del Estado integra la aportación por el coste de los servicios que el Estado presta a Catalunya y la aportación solidaridad. Esta solidaridad debe estar limitada por el principio de ordinalidad”  Es decir que Catalunya “pagará” por los servicios por ejemplo de la Policía Nacional, entre otros y aportará un dinero (a determinar) en concepto de solidaridad hacia el resto de comunidades, pero limitada por la ordinalidad, definiendo el propio acuerdo ese concepto: “Catalunya aporta al sistema de financiación más de lo que recibe, ya que tiene un mayor nivel de renta y consumo que otros territorios. En cualquier caso la financiación de Catalunya debe respetar el principio de ordinalidad. Las contribuciones de las comunidades autónomas por habitante, ordenadas en una escala de mayor a menor, deben mantener el mismo orden que en la escala de lo que reciben. Se trata de un cambio estructural en el sistema de financiación, que, en caso de no adoptarse durante 2025, requerirá medidas compensatorias” Es decir que si Catalunya es la segunda que aporta debe ser la segunda en recibir, y no ser la quinta o sexta.

Este sistema, defienden algunos economistas, supondrá un incremento sustancial de recursos para Catalunya por lo que al mismo tiempo supondrá una reducción de los recursos de las demás comunidades autónomas. Por lo que se deduce que las otras dos comunidades que aportan más al sistema como Baleares y Madrid deberán ahora aportar más. Este mismo razonamiento, llevado a las finanzas de los países en la Unión Europea, los países más ricos como Alemania son los que más aportan al presupuesto de la Unión Europea y España en el caso de los Fondos Next Generation , está recibiendo más de lo que aporta. Si Alemania optara por el principio de ordinalidad debería ser la primera en recibir más Fondos Next Generation que ningún otro país y sin embargo no es así.

Segundo punto de vista: Para ello voy a resumir el punto de vista de un liberal y defensor de las libertades como es Juan Ramón Rallo. Para Juan Ramón que el dinero esté más cerca del ciudadano le parece bien. Si partimos de de que para un liberal los impuestos son un robo estatal y como tal no debiesen existir, al menos si éstos impuestos que salen del bolsillo del ciudadano están próximos al lugar donde reside, municipio, provincia, comunidad, es más fácil que ese dinero revierta en su beneficio ya que de forma contraria contra más alejado esté ese dinero más difícil controlarlo. El Estado contribuye a los gastos de la Unión Europea por lo que una parte de nuestros impuestos igual se han gastado en Italia y en ¿que se beneficia con esa contribución el ciudadano español?, pues en nada o en muy poco depende en lo que se haya gastado, argumenta Juan Ramón Rallo. Por consiguiente en ese aspecto ve bien que Catalunya se quede con una mayor parte de la recaudación de sus impuestos. Ahora bien, debería esto ocurrir con el resto de las comunidades porque de lo contrario, tal y como se exponía en el primer punto de vista ahora el dinero a repartir será menor y las comunidades se verán resentidas hasta el punto de que las que más están aportando Baleares y Madrid tengan que aportar todavía más. Y Rallo llega a pensar que si ciertamente no será ese el motivo real por el que quiera concederse la singularidad a Catalunya, para que comunidades ricas como Madrid aporten todavía mucho más de lo que aportan.

Mi punto de vista, desde que estoy empezando a considerarme un liberal, es coincidente con la reflexión de Juan Ramón Rallo. Es decir que, dado que por el momento los impuestos no pueden desaparecer, pues esa recaudación que esté más cerca de nuestro lugar de residencia y de esa forma el impuesto será más eficaz y eficiente. Puedo entender no obstante que otras comunidades se quejen de esa singularidad ya que seguramente de esa forma van a recibir menos ingresos. Lo que les digo a esas comunidades es que luchen por atraer inversiones, que den facilidades para que lleguen nuevas empresas a establecerse y con ello se generará más empleo y más riqueza y dejaran de depender de ese deficiente reparto, que por otra parte es lo que desean los partidos que gobiernan, que dependamos de ellos. Claro que para atraer más inversión quienes gobiernan deben de facilitar esa labor y por lo que estamos viendo lo que se está haciendo es todo lo contrario. Y la oposición callada, claro, porque tanto PP como VOX lo que quieren es una gestión centralizada, especialmente VOX donde de esa forma el Estado recauda el 100% y deciden en que gastar e invertir, replicando las formas de proceder de extintas economías marxistas.

Es por esto que nunca avanzaremos en el tema de la financiación. Bueno al igual que no avanzamos en muchos otros temas. Veo muy difícil que se puedan llegar a acuerdos que satisfagan mínimamente a muchos. Y mientras, como siempre, quien sufre las consecuencias somos los mismos, los ciudadanos a los que exprimen sus bolsillos, mientras nos dicen que lo hacen por nuestro bien y por el bien de España. Falacia tras falacia.